Antes de salir al mercado, Piktia comprobó la viabilidad de su servicio de impresión de fotografías a domicilio elaborando un producto mínimo viable, sin necesidad de invertir grandes recursos.
En diciembre de 2016, José Antonio Tena y tres de sus amigos se "encerraron" durante una semana en su casa, pero no para hacer una fiesta, sino para crear una empresa en tiempo récord. "La idea surgió cuando mi amiga y socia, Mariana Ojeda, perdió las fotos de su bebé porque no tenía respaldo en su celular y de la noche a la mañana se borraron los recuerdos de sus primeros seis meses de vida", recuerda. "Esto nos puso en alerta sobre la importancia de respaldar la historia fotográfica de las personas".
Investigando, el joven descubrió que aunque en Europa y Estados Unidos había servicios de este tipo, en México no se ofrecía nada igual. Así, tuvo la idea de desarrollar una aplicación que permitiera seleccionar, imprimir y recibir fotos en la comodidad del hogar. Intuía que había un mercado y un creciente interés en el servicio, pero no deseaba desgastarse ni invertir dinero en un negocio que no ofreciera una mínima seguridad. Frente a esa situación, se unió a Mariana y su hermana Marisa y Ricardo Reyes para hacer el plan de negocios, diseñar y desarrollar la app, contratar servidores y hacer pruebas, todo en siete días.
"Lo publicamos en Facebook y la gente empezó a comprar sin que supiéramos cómo íbamos a imprimir. Al principio íbamos a los centros de impresión de clubes de precios y usábamos nuestros coches para hacer las entregas. Conforme pasaron los días optamos por la paquetería y por hacer alianzas con empresas familiares de impresión fotográfica", recuerda. "Esto nos permitió comprobar nuestra hipótesis y salir del mercado con un servicio real que la gente verdaderamente necesitaba. Así, ahorramos tiempo y recursos", comenta José Antonio.
Piktia basa su diseño en deep learning e inteligencia artificial para recolectar tanta información como sea posible de una base de datos de imágenes y vídeo, para clasificarlas y organizarla en todas las maneras que pueda según las combinaciones posibles presentadas.
Actualmente está disponible para iOS y Android y registra un promedio de 3,000 descargas mensuales. Opera a través de alianzas con diversos impresiones y ofrece paquetes de hasta 50 impresiones que se entregan a domicilio a través de un servicio de paquetería en un lapso de 24 horas, tres a cinco días o 12 días (gratis). Recibe pagos con tarjetas de crédito/débito o Paypal. Desde su fundación, Piktia ha enviado más de 25,000 fotos a toda la República Mexicana. Y en enero de 2018 lanzó su sitio web, teniendo un promedio de 30,000 visitas mensuales.
Las ventajas del PVM
Al igual que Piktia, cada vez son más las empresas (principalmente startup) que se suben al tren del producto mínimo viable, o PVM, para probar y lanzar ideas de negocio por ventajas que difícilmente pasan desapercibidas.
"El PMV es aquel producto con las características mínimas indispensables para funcionar, adaptado a las expectativas reales del mercado y validado por el mismo. Permite medir resultados rápidamente, a bajo o nulo costo económico. Además, facilita poner a prueba una idea que parece genial sin necesidad de invertir grandes recursos ni tener un producto final desarrollado", explica Marisol Espino, CEO de Excellence Capacitación Ejecutiva. Si bien el PVM no es un concepto nuevo, pues es una parte clave de la mitología Lean Startup, la experta en mercadotecnia aclara que es recientemente que ha tomado impulso por el surgimiento de muchos negocios, principalmente de startups.
El modelo plantea diversas hipótesis, y a partir de ciertas métricas mide las acciones/reacciones del cliente/usuario aportando data que dicta los pasos a seguir. Dichas hipótesis deben alinearse a una problemática real del mercado y responder a cuestiones básicas como: ¿Existe un público meta? ¿Qué voy a resolver? ¿De qué manera voy a hacerlo?
Piktia, por ejemplo, sabía que los mexicanos imprimían más de 1,500 millones de fotos al año, que gastaban más de 170 millones de dólares anuales en llevar al papel sus fotos digitales y que muchos tenían un smartphone (64.7 millones, según los resultados de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares 2017 del Inegi). También conocía que los connacionales necesitaban un servicio que les ahorrara tiempo y esfuerzo en el proceso de impresión, acortando el tradicional camino de pasar las imágenes a una computadora y de ahí a una memoria USB para luego llevarlas a un centro de impresión. A partir de ello se planteó diversas hipótesis sobre la necesidad de un servicio de impresión desde una app y así surgió la empresa.
"Para llevar a cabo un PMV hay que ir paso a paso: debes elevarlo al cuadrado cada vez; así, tu primer producto mínimo viable debes lanzarlo en menos de 24 horas, el siguiente en 48 horas y así sucesivamente. A lo mejor una modificación de producto te lleva un año, pero al final del camino tendrás un claro "si" sobre tus hipótesis", dice Marc Oyamburu, a CEO y Fundador de Play Business, empresa de inversiones colectivas con presencia en México y Latinoamérica.
Para validar esas hipótesis hay varios caminos: hacer varios caminos: hacer una landing page donde el consumidor potencial haga una acción específica, una encuesta por Facebook u otra red social, entrevistas uno-a-uno, campañas en buscadores y/o redes sociales, iniciativas de crowdfunding, páginas de reserva, etc. La idea es "descubrir", a partir del conocimiento/acción de un tercero, la solución a determinado problema.
"Todo se vale: Facebook, Twitter, MailChimp... son canales de distribución para llegar a los usuarios. Lo importante es validar las hipótesis", dice Oyamburu. ¿Qué hacer si te equivocas? "Replanteas la hipótesis y listo, siempre teniendo en cuenta que el tiempo de vida de una startup no se mide por los recursos que tiene, sino en los "no" acumulados. Si este es el caso, la empresa o startup tiene que morir", explica el experto. Y asegura: "Lo valioso no es la idea, sino la ejecución y cómo se ejecuta de la manera más eficiente."
Como dato adicional, los entrevistados recomiendan tener cuidado en las métricas: ser objetivo y vigilar que ofrezcan data real y cuantificable sobre los usuarios. De otro modo, puedes cegarte y dar rienda suelta a iniciativas basadas en hechos irreales.
"Nos pusimos un tope de 50 pedidos porque es lo que podíamos operar sin volvernos locos. En la app llegamos en tres semanas y en la web en cuestión de días. Cuando superamos ese número, optimizamos nuevamente los procesos. Todo depende de cada negocio, pero tienes que poner métricas", agrega José Antonio.
CÍRCULO VIRTUOSO
El producto final no siempre está a la vuelta de la esquina. De hecho, muchas empresas que comienzan desarrollando PMV continúan por este camino de manera indefinida, mientras que hay otras que deciden poner un freno y desarrollar un producto final luego de testar diversas hipótesis.
Así, mientras Marc Oyamburu opina que el PMV es actualmente casi un tema cultural en muchas empresas, como Google, hay quienes consideran que necesariamente llega un momento en que hay que crear un producto final, como sugiere Marisol Espino. ¿Qué camino elegir? Eso depende de tu producto/servicio y, obviamente, de lo que te dicte el mercado a razón de las hipótesis que vas desarrollando.
Piktia, por ejemplo, sigue probando. Actualmente apuesta por validar un servicio de creación de álbumes de fotos a través de múltiples canales. Para ello está usando su sitio web. Si el servicio "jala", lo subirán a la aplicación móvil.
José Antonio confía: "Creo que vamos bien. Acabamos de levantar nuestra primera ronda de capital por 150,000 dólares y nos estamos consolidando. Tenemos muchos planes de seguir probando."
5 Cosas que no sabías sobre un producto mínimo viable
Para validar esas hipótesis hay varios caminos: hacer varios caminos: hacer una landing page donde el consumidor potencial haga una acción específica, una encuesta por Facebook u otra red social, entrevistas uno-a-uno, campañas en buscadores y/o redes sociales, iniciativas de crowdfunding, páginas de reserva, etc. La idea es "descubrir", a partir del conocimiento/acción de un tercero, la solución a determinado problema.
"Todo se vale: Facebook, Twitter, MailChimp... son canales de distribución para llegar a los usuarios. Lo importante es validar las hipótesis", dice Oyamburu. ¿Qué hacer si te equivocas? "Replanteas la hipótesis y listo, siempre teniendo en cuenta que el tiempo de vida de una startup no se mide por los recursos que tiene, sino en los "no" acumulados. Si este es el caso, la empresa o startup tiene que morir", explica el experto. Y asegura: "Lo valioso no es la idea, sino la ejecución y cómo se ejecuta de la manera más eficiente."
Como dato adicional, los entrevistados recomiendan tener cuidado en las métricas: ser objetivo y vigilar que ofrezcan data real y cuantificable sobre los usuarios. De otro modo, puedes cegarte y dar rienda suelta a iniciativas basadas en hechos irreales.
"Nos pusimos un tope de 50 pedidos porque es lo que podíamos operar sin volvernos locos. En la app llegamos en tres semanas y en la web en cuestión de días. Cuando superamos ese número, optimizamos nuevamente los procesos. Todo depende de cada negocio, pero tienes que poner métricas", agrega José Antonio.
CÍRCULO VIRTUOSO
El producto final no siempre está a la vuelta de la esquina. De hecho, muchas empresas que comienzan desarrollando PMV continúan por este camino de manera indefinida, mientras que hay otras que deciden poner un freno y desarrollar un producto final luego de testar diversas hipótesis.
Así, mientras Marc Oyamburu opina que el PMV es actualmente casi un tema cultural en muchas empresas, como Google, hay quienes consideran que necesariamente llega un momento en que hay que crear un producto final, como sugiere Marisol Espino. ¿Qué camino elegir? Eso depende de tu producto/servicio y, obviamente, de lo que te dicte el mercado a razón de las hipótesis que vas desarrollando.
Piktia, por ejemplo, sigue probando. Actualmente apuesta por validar un servicio de creación de álbumes de fotos a través de múltiples canales. Para ello está usando su sitio web. Si el servicio "jala", lo subirán a la aplicación móvil.
José Antonio confía: "Creo que vamos bien. Acabamos de levantar nuestra primera ronda de capital por 150,000 dólares y nos estamos consolidando. Tenemos muchos planes de seguir probando."
5 Cosas que no sabías sobre un producto mínimo viable
- Un PVM reúne las características mínimas indispensables para lograr un objetivo específico, pero es lo suficientemente "poderoso" como para lograr que los clientes paguen por él porque resuelve una problemática o necesidad real.
- Un PMV no es un fin, sino un medio. Esto quiere decir que puede no concluir en un producto final, sino ser una cadena de versiones mejoradas.
- Un PMV exige crear hipótesis encaminadas a resolver una problemática real y tener métricas objetivas para medirlas y contrastarlas.
- Un PMV requiere capacidad de análisis y de respuesta. Una vez que recibas retroalimentación del mercado, evalúa prioridades y haz las mejoras pertinentes para lanzar la nueva versión.
- Un PMV demanda humildad y estar libre de soberbia. Como emprendedor debes reconocer tus fallas y estar dispuesto a corregirlas.
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