Sea un familiar, un amigo o hasta un desconocido, un socio puede aportar valor a tu negocio. Aprovecha la relación y evita que termine en divorcio.
El dicho "la unión hace la fuerza" también aplica a los negocios porque tener otro punto de vista al tomar una decisión o recibir el apoyo de alguien con tu misma pasión, en un momento crítico, es un gran alivio y la motivación que todo emprendedor necesita. Sin embargo, para que esta relación sea exitosa y no termine en un divorcio debes cuidar ciertas cuestiones.
Antes de asociarte debes considerar cómo te complementa y qué podría aportar esa persona a tu proyecto, cuáles son sus habilidades, en qué área tiene más experiencia que tú o qué tanto podría agilizar tu operación. En este sentido, Daniel Mizrahi, director general de Propeler - una plataforma de inversión para startups y empresas -, aconseja identificar si tu socio potencial comparte tu misma filosofía de negocios y cuáles son sus intenciones con el proyecto. Pues aunque el capital para arrancar es muy importante y muchas veces es el más complicado de conseguir, "si la única motivación de tu socio es la parte económica, podría volverse una empresa sin propósito no dura". advierte.
Para solucionar la parte financiera, Mizhari recomienda un levantamiento de capital inteligente o smartmoney, término que se utiliza para referirse al inversionista o socio que te aporta algo más que sólo dinero, ya sean alianzas, contactos o mejores tratos en diferentes áreas, es decir, que de esta sociedad obtienes un valor agregado más allá de solo el capital.
Otra opción es sumar un socio operativo que conozca más del negocio o industria que tú, o que tenga más habilidades para desarrollar tu producto o servicio. Incluso lo puedes integrar con o sin capital, ya que su experiencia (que es lo que traerá al negocio) permitirá que el concepto se perfeccione, sobre todo al arranque.
Sea cual sea el tipo de socio que traigas a tu emprendimiento, el experto recomienda presentar por escrito y de común acuerdo todos los términos, incluido un plan de salida, es decir, los escenarios posibles para que se disuelva la sociedad en un plazo de cinco años. También es importante que, pasado este período, replantees la sociedad según el status que tenga la empresa en ese entonces.
Sumar o no un socio definirá el rumbo de tu empresa, así que pon en una balanza las ventajas y desventajas de hacerlo. Toma inspiración de las siguientes empresas que deben su éxito a la unión de fuerzas.
NOMAD REPUBLIC: SOCIOS POR AMISTAD
Nicolás Guerrero y Sebastián García López han compartido su vida desde niños gracias a la amistad entre las familias. Al terminar la preparatoria, ambos realizaron un viaje a países de Asia, África y Oceanía como voluntarios. Aunque sus acompañantes procedían de todo el mundo, ellos eran los únicos mexicanos, por lo que al regresar decidieron organizar este tipo de acciones en el país. Así surgió Nomad Republic, una empresa dedicada a la organización de viajes de voluntariado para causas sociales y ambientales en todo el mundo.
Al tener una amistad tan sólida, el proceso de iniciar la sociedad fue muy natural. Sin embargo, Nicolás reconoce que una sociedad funcional con un amigo va más allá de tener muchos años de conocerse o anécdotas de vida; se trata, dice, de compartir la misma pasión y visión, de entender por qué van a echar a andar el proyecto y luego buscar en qué se complementan.
"Separar la relación personal de la profesional es difícil, pero no imposible", opina el emprendedor, quien comparte que el verdadero reto es reconocer cuando tu socio no está dedicando el mismo tiempo que tú al negocio o cuando ha dejado de creer en el proyecto. "En ese momento hay que detenerse y replantear los términos de la sociedad", afirma.
Aunque ya no dirigen la empresa, ambos cofundadores sí actúan como socios capitalistas, con el fin de tomar nuevas experiencias e inyectarlas a Nomad Republic. Uno de sus inversionistas es la agencia de viajes Mundo Joven, con la que han ganado mayor confianza entre su mercado meta.
CARROT: SOCIOS POR NETWORKING
La primera empresa de autos compartidos en México, Carrot, nació en el año 2012. Su modelo de negocios consiste en la renta de automóviles por día u hora, en el que los usuarios toman y dejan el vehículo en una estación designada, mientras toda la gestión del servicio se realiza por medio de una aplicación.
Cuando Diego Solórzano, uno de sus fundadores, cursaba el programa Venture100, Federico Antoni y Fernando Lelo de Larrea, directores de ese programa detonador de negocios del Venture Institute, lo presentaron con su "socia ideal", Jimena Pardo. Y es que sus perfiles se complementaban: la visión de Diego estaba en la parte financiera y administrativa, mientras que la de Jimena se centraba en lo comercial y de marketing. "Destacábamos en diferentes áreas y siempre confiamos en el talento del otro, entonces no nos pisábamos los talones", comparte Jimena.
Los jóvenes se entendieron desde el primer día y lanzaron una prueba beta con tres autos. Al inicio, Diego fungía como director general y Jimena como directora comercial, pero como la compra de vehículos requería una mayor inversión, él se enfocó en levantar capital y ella en la parte operativa. Tiempo después redefinieron sus roles como codirectores generales.
Para Jimena, la disciplina lo es todo, incluso al definir los cargos. "Los emprendedores son tan románticos que se dedican a comercializar su proyecto sin tener la disciplina para hacer un organigrama institucional", reconoce. Por eso sugiere crear un consejo directivo que sea voz de los socios. En el caso de Carrot, están involucrados cuatro fondos de inversión y un inversionista ángel, además de los fundadores, así que esta figura es fundamental para establecer los derechos y responsabilidades de cada parte.
Hoy, Carrot cuenta con 100 vehículos propios y tiene un crecimiento sostenido del 10% cada año. En 2017 presentó su segunda línea de negocios, CarrotShare o, como Jimena lo define, "el Airbnb de los autos", pues permite compartir carros entre locales.
OFERTIS: SOCIOS POR FAMILIA
Emprender en familia, como sucede con el 83% de las empresas en México, fue la opción perfecta para que Arturo Domínguez y su hija Maribel entraran a las filas empresariales hace nueve años, apostando por la compra y venta de excesos de inventarios de bienes de consumo. Tres años después, surgió una nueva empresa: Ofertis, especializada en las ventas corporativas. Su modelo consiste en instalar pequeñas tiendas dentro de corporativos para la venta de cosméticos, ropa y accesorios de marcas reconocidas a los empleados, a precios preferenciales gracias a las alianzas generadas en su primera empresa.
"No fue de esos casos en los que salí a buscar al mejor socio y resultó que era mi papá. Fue una idea que los dos hicimos y naturalmente sucedió, pero hemos hecho una muy buena alianza gracias a las fortalezas de cada uno", confiesa Maribel, de 30 años. Para Arturo, de 56, desvincular la parte familiar se resuelve con asertividad, confianza y reconociendo los talentos de tu contraparte. "No debes callar lo que piensas por miedo a afectar su relación. Hay que atreverse y estar abierto a otras opiniones; eso es fundamental para separar la relación".
Además, aconseja tener un espacio donde trabajar fuera de la casa, a fin de que esta separación sea más notoria, así como hacer un plan de sucesión para evitar futuros dolores de cabeza a tu socio. "Si alguno sale de la empresa, lo ideal sería dejar tus acciones al otro y evitar integrar a alguien que no tenga la misma visión y sólo llegue a estirar la mano."
Durante estos nueve años, padre e hija han sorteado cambios que los han hecho adaptarse a nuevas formas de trabajo. Ambos aceptan que si se hubieran aferrado al modelo original de negocios, la empresa tal vez hoy no existiría; de ahí que recomiendan apoyar las ideas frescas que tenga tu contraparte y saber adaptarse a los cambios para que el proyecto emprendedor sobreviva.
MANDAMIENTO
- Tu socio debe compartir tu misma pasión y visión.
- Sé disciplinado y ten las reglas bien claras en todo momento.
- Genera un ambiente de confianza y admiración mutua de las habilidades de cada uno.
"No fue de esos casos en los que salí a buscar al mejor socio y resultó que era mi papá. Fue una idea que los dos hicimos y naturalmente sucedió, pero hemos hecho una muy buena alianza gracias a las fortalezas de cada uno", confiesa Maribel, de 30 años. Para Arturo, de 56, desvincular la parte familiar se resuelve con asertividad, confianza y reconociendo los talentos de tu contraparte. "No debes callar lo que piensas por miedo a afectar su relación. Hay que atreverse y estar abierto a otras opiniones; eso es fundamental para separar la relación".
Además, aconseja tener un espacio donde trabajar fuera de la casa, a fin de que esta separación sea más notoria, así como hacer un plan de sucesión para evitar futuros dolores de cabeza a tu socio. "Si alguno sale de la empresa, lo ideal sería dejar tus acciones al otro y evitar integrar a alguien que no tenga la misma visión y sólo llegue a estirar la mano."
Durante estos nueve años, padre e hija han sorteado cambios que los han hecho adaptarse a nuevas formas de trabajo. Ambos aceptan que si se hubieran aferrado al modelo original de negocios, la empresa tal vez hoy no existiría; de ahí que recomiendan apoyar las ideas frescas que tenga tu contraparte y saber adaptarse a los cambios para que el proyecto emprendedor sobreviva.
MANDAMIENTO
- Tu socio debe compartir tu misma pasión y visión.
- Sé disciplinado y ten las reglas bien claras en todo momento.
- Genera un ambiente de confianza y admiración mutua de las habilidades de cada uno.
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