La Fase de la Idea

Sabes que quieres iniciar un negocio. ¿Tu siguiente paso? Aquí te decimos cómo encontrar el concepto perfecto para poner marcha.

Por cada mexicano que comienza un negocio, probablemente hay millones más que se ponen la meta de emprender y no lo hacen. ¿A qué grupo quieres pertenecer? Todos tienen sus propios obstáculos, ya sea el miedo a lo desconocido, al fracaso - e incluso al éxito - o porque tienen la creencia equivocada de que deben empezar desde cero "reinventado la rueda" o encontrando algo que nadie haya hecho antes.

Pero a menos que seas un genio de la tecnología - otro Bill Gates o Steve Jobs -, tratar de inventar algo nuevo podría ser  una pérdida de tiempo. Para la mayoría de los emprendedores, el tema no debería ser dar con algo tan exclusivo que nadie lo conozca, sino de responder a las preguntas: ¿Cómo puedo mejorar esto? ¿Puedo hacer esto mejor o diferente? o ¿Hay un mercado desatendido?

Para comenzar a general la idea, escribe en una hoja "Acerca de mí" y enlista siete cosas como: soy muy bueno para relacionarme con la gente, adoro a los perros, amo leer, me encantan las computadoras, me gustan los números, soy bueno resolviendo problemas. Al reverso de la hoja enlista las cosas en las que crees que no eres bueno o que no te gusta hacer, por ejemplo: no te gusta conocer gente, no te agradan los niños, te pones nervioso al hablar en público o no quieres viajar.

Cuando hayas terminado, pregúntate: sí hubiera entre tres y cinco productos o servicios que pudieran mejorar mi vida, ¿Cuáles serían? Dependiendo de cuál sea tu situación (padre, madre, abuelo, casado, estudiante, ama de casa, etc.), piensa qué productos o servicios harían tu vida más fácil o más feliz, más fácil o más feliz, más productivo o eficiente o simplemente cuáles te brindarían más tiempo o confort.

Enseguida plantéate las mismas preguntas en relación con tu vida laboral. Analiza qué te gusta y qué te disgusta acerca de tu trabajo, así como qué rasgos le agradan y le desagradan a la gente de ti. Por último, pregúntate por qué estás buscando comenzar un negocio. Cuando hayas concluido, revisa si surgió algún patrón, por ejemplo, si se requiere un negocio que se encargue de hacer algunas de las cosas que te gustan o para las que eres bueno.

MOMENTOS DE INSPIRACIÓN

Esta es la historia del nacimiento de un negocio que resulta un buen ejemplo sobre la forma en la que puedes descubrir una necesidad y satisfacerla. La revista Entrepreneur Estados Unidos tiene su sede en Irvine, California. Hace muchos años no había muchos restaurantes de comida rápida en el área de negocios de la ciudad, la mayoría estaban del otro lado, en la zona residencial.

A dos jóvenes locales les parecía muy frustrante tal situación, pues no disponían de alternativas accesibles para comer cerca de sus trabajos. Y aunque había establecimiento de comida en algunos pasajes comerciales, eran muy pequeños y el tiempo de espera era muy largo.

Un día, mientras se lamentaban de su problema durante el almuerzo, uno de ellos dijo: "¿No sería genial si pudiéramos encargar que nos trajeran buena comida?" ¡Y el legendario foco se encendió sobre sus cabezas! Entonces hicieron lo que mucha gente no hace: llevaron su idea al siguiente nivel. Coincidentemente, adquirieron una de las guías de Entrepreneur para negocios gastronómicos y abrieron un restaurante con entregas a domicilio, ubicado en la zona de oficinas.

Hoy, su empresa ha atendido a más de 15 millones de personas. No se trata de un negocio complicado ni original. Su competencia se ha vuelto más dura, y aun así lo están haciendo muy bien. Y todo comenzó porque escucharon sus propias quejas y decidieron poner manos a la obra y hacer algo al respecto.

Esa es una manera de encontrar ideas: escuchar tus propias frustraciones o las de tus compañeros, familiares o vecinos. Las oportunidades están ahí: sólo necesitas encontrarlas. Si tu cerebro siempre está puesto en el modo "idea", entonces se te ocurrirán muchas con sólo observar a tu alrededor o ponerte a leer.

Aquí hay otra clásica historia del inicio de un negocio. ¿Recuerdas cuando rentabas películas y te multaban por no regresarlas a tiempo? Te apuesto a que no hiciste nada al respecto. Bueno, cuando Reed Hastings recibió una multa de 500 dólares, en vez de enojarse tuvo un momento de inspiración. Se preguntó: "¿Por qué los videoclubes no funcionan como los gimnasios? Ya sea que los uses mucho o poco, siempre pagas lo mismo." De esta reflexión nació Netflix, que hoy es la plataforma de streaming más importante del mundo y la encargada de haber revolucionado la forma en que consumimos entretenimiento en casa.

Tener una idea puede ser tan simple como mantener los ojos bien abiertos para descubrir el último grito en cuanto a negocios. Y no menosprecies el sistema de negocios exitosos con frecuencia pasan por varios ciclos. Durante los últimos años, los productos y suministros de jardinería han estado arrasando, pero nadie diría que la jardinería es un negocio del siglo XXI. En otras palabras, puedes tomar cualquier idea y adaptarla a los tiempos actuales y a tu comunidad, añadiendo tu propia creatividad. De hecho, adaptar un concepto es una necesidad si quieres que tu negocio tenga éxito.

Una de las mejores maneras de determinar si tu idea será trascendente es hablar con la gente que conoces. Comenta tus ideas con tus familiares, vecinos y colegas para averiguar qué piensan. Pregunta: "¿Tú comprarías/usarías/contratarías esto? ¿Cuánto pagarías por ello?" No temas que te roben la idea; no es probable que suceda. Sólo discute el concepto general, no hace falta que des todos los detalles.

¡SÓLO HAZLO!

Con suerte, para este momento el proceso de determinar qué negocio es adecuado para ti al menos ya ha quedado un poco más claro y desmitificado. Tienes que entender que aunque comenzar un negocio no es fácil, tampoco es tan complicado o terrorífico como se cree. Es un procedimiento que requiere de sentido común y de avanzar paso a paso.

De hecho, una vez que tienes una idea de negocio, el atributo más importante que necesitas es la perseverancia. Porque cuando te dispongas a lanzar tu concepto escucharás la palabra "no" muchas más veces que antes. No debes tomarlo de manera personal; tienes que superar las negativas y avanzar hasta la siguiente persona porque tarde o temprano vas a conseguir un "si". Una de las advertencias más comunes que recibirás será en referencia al riesgo. Todos te dirán que es arriesgado poner tu propio negocio, y claro que lo es, pero ¿qué cosa en esta vida no conlleva riesgos? Además, hay una diferencia entre correrlos a lo tonto y asumirlos de manera calculada. Si reflexionas con cuidado en lo que estás haciendo, buscas ayuda cuando la necesites y nunca dejas de plantearte preguntas, puedes reducir los obstáculos.

No permitas que el fantasma del riesgo te impida avanzar. Pregúntate: ¿Qué estoy arriesgando en realidad? ¿A qué estoy renunciando? ¿Qué perderé si las cosas no funcionan? Y no arriesgues lo que no puedas costear, como tu casa, tu familia o tu salud. También plantéate qué pasará si tu idea no funciona. Si lo único que puedes perder es un poco de tiempo, energía y dinero, entonces el riesgo vale la pena.

Determinar qué quieres hacer es sólo el inicio. Todavía tienes que hacer un montón de tarea e investigar muchas cosas. Pero lo más importante es: Haz algo. No te quedes sentado año tras año diciendo: "Este año sí voy a poner mi negocio." ¡Comienza ahora mismo!

MÉXICO EMPRENDEDOR

Queremos emprender o al menos nos imaginamos haciéndolo y vemos buenas oportunidades en el país para lograrlo. El Índice de Espíritu Emprendedor Amway destaca que el deseo de los mexicanos de convertirse en empresarios es del 85%. Otro dato alentador es el 66% de los jóvenes preuniversitarios se plantea emprender como vía profesional futura, según el tercer informe Young Business Talents.

¿Los motivantes? La independencia y la autorrealización, además de la oportunidad (como alternativa voluntaria) más que la necesidad (por falta de empleo).

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